Cusco es un destino donde la historia y la cultura cobran vida en cada rincón, y febrero trae consigo una de sus celebraciones más vibrantes: el Carnaval. Esta festividad llena de color y alegría es una de las mejores oportunidades para vivir la energía del pueblo cusqueño, con danzas, música y la clásica tradición de los juegos con agua. Desde Atoq Hoteles, sabemos que la mejor manera de conocer un lugar es sumergirse en sus costumbres, y el Carnaval en Cusco es una experiencia que todo viajero debería vivir al menos una vez.
Los carnavales en Cusco se celebran en febrero, con especial énfasis en el domingo de carnaval y el jueves de compadres y comadres, fechas en las que la ciudad se llena de comparsas, bailes típicos y festivales gastronómicos. La celebración combina elementos andinos con influencias coloniales, creando un ambiente único donde los visitantes pueden ver de cerca la riqueza cultural de la región.
El puchero cusqueño es el plato estrella de esta festividad. Se trata de un guiso festivo con carne, garbanzos, col, papas y duraznos que simboliza la abundancia. También es común compartir chicha de jora, una bebida tradicional de maíz fermentado que ha sido parte de la cultura andina por siglos.
El Carnaval es una fiesta en la que todos participan. Durante estos días, la Plaza de Armas y los barrios tradicionales se llenan de desfiles, donde comparsas de diferentes comunidades muestran danzas típicas y coloridos trajes. Es imposible no contagiarse de la energía de la festividad, que invita a bailar, jugar con agua y espuma, y disfrutar de un ambiente de alegría y camaradería.
Si bien el centro de Cusco es el epicentro de las celebraciones, en los pueblos cercanos las festividades adquieren un carácter más tradicional, con rituales y ofrendas a la Pachamama, en agradecimiento por las cosechas y la prosperidad.
Para quienes visitan Cusco en esta época, encontrar un espacio de descanso tranquilo y acogedor es clave. Atoq San Blas, ubicado en el pintoresco barrio de San Blas, ofrece una estancia perfecta para disfrutar del carnaval sin alejarse de la esencia cultural de la ciudad. Su ubicación permite explorar fácilmente las festividades y, al mismo tiempo, retirarse a un ambiente de calma cuando la jornada de celebración termine.
Los Carnavales en Cusco son una oportunidad única para conectar con la tradición andina, disfrutar de la gastronomía local y sumergirse en la alegría de su gente. Si buscas vivir la magia del Cusco en su máxima expresión, febrero es el momento ideal para hacerlo.